dulce amargura que procrea y extermina;
que da seres bondadosos y entes diabólicos;
que evoca sonrisas y arranca lágrimas;
que rompe un corazón que late al amar;
que se torna muerte cuando más deseas vivirla;
que tienta hasta a quienes viven por la fe
y que no vacila en colmar de gracias y favores
a quienes viven parásitos de propiedades y pasiones ajenas.
Polémica, inentendible, irremisiblemente dialéctica,
caprichosa, irreverente, dueña, sabia;
coronadora de triunfos y fracasos;
destino que abre las puertas al amor,
para truncar su curso con murallas de quebrantos,
y que riega la semilla de una nueva pasión
con las lágrimas de sangre que brotan de un corazón destrozado.
Irónica, cruel, de naturaleza dual: VIDA, en fin.
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