Erase una vez un mundo en el que las fantasías se hacían realidad con sólo desearlo
Erase una vez un país en el que la pasión se enamoró de la razón...con el paso del tiempo tuvieron un hijo al que llamaron desamor
Érase una vez el mundo al revés, donde los ricos eran justos y los pobres eran alguien, donde un gramo de farlopa era más caro que una pizca de humanidad. En este extraño mundo, los niños reían y jugaban con sus abuelos, y las mujeres paseaban todas mostrando su belleza, sin prohibiciones. También aquí había bosques y ríos de agua clara, envueltos en la melodía de los jilgueros.
Érase otra vez el mundo al revés, donde no había fronteras ni Estados, ni políticos corruptos ni leyes injustas, donde la anarquía no era una utopía.
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