A veces sucede.
A menudo sucede
que uno se siente tan pero tan solo
y parece que Dios se queda dormido
y se olvida de atender al mundo
y entonces el mundo aprovecha
y saca lágrimas hasta de las piedras.
O simplemente ocurre
que los ríos se ponen a hervir
y los polos del planeta se enloquecen
y los volcanes descargan su estomago de fuego
y uno se rinde con las manos levantadas
y reniega de ser irremediablemente bueno.
Aunque también ocurre a veces
que uno asume ese día su eterna desnudez
y se despoja de apellidos y nombres
Y renuncia a toda religión e ideología
y desconoce su propio oficio y país
Y condena a su especie y verbo.
Pero mas frecuentemente sucede
que uno debe elegir cada día con coraje
entre estar siempre solo o morir
O dejarse humillar por algún amor cruel
O buscar refugio en la impenetrable locura
O aceptar como una bendición la soledad...
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