
… "mi amigo no ha regresado del campo de batalla, señor. Solicito permiso para ir a buscarlo".
Permiso denegado, replicó el oficial.
No quiero que usted arriesgue su vida por un hombre que probablemente ha muerto.
El soldado, haciendo caso omiso de la prohibición, salió, y una hora más tarde regresó mortalmente herido, transportando el cadáver de su amigo.
El oficial estaba furioso:
¡Ya le dije yo que había muerto!
¡Ahora he perdido a dos hombres!
Dígame, ¿merecía la pena salir allá para traer un cadáver?"
Y el soldado, moribundo, respondió:
¡Claro que sí, señor!
Cuando lo encontré, todavía estaba vivo y pudo decirme: …"estaba seguro de que vendrías"...
(Autor: Anthony de Mello)
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